Enfundado en una chaqueta de boxeador color carmesí aparecía Gisme, frontman de Ultraligera, sobre el escenario junto a sus compañeros de tantas batallas. El público rugía mientras la banda comenzaba los primeros acordes de “Si tú supieras” y se encendía la mecha de una noche a puro fuego y rock en el Teatro Eslava que lucía espectacular ante un mar de fans que habían logrado que se colgara el cartel de sold out.
Gisme, que lucía un look de boxeador con las clásicas zapatillas de ese deporte y la chaquetilla de seda anteriormente mencionada, saludaba a los fans “Bienvenidos. ULTRALIGERA es la banda que queríamos tener cuando éramos niños”.
El grupo, que se transforma en un quinteto para sus directos, suena contundente, prolijo y equilibrado. Como comentaba Gisme durante el concierto, “nacía una nueva etapa para Ultraligera” y eso quedó demostrado en su directo que proseguía con canciones como “Hasta el fondo”, “El pueblo” o “Silla de mimbre” entre otras, para disfrute del respetable.
En los rostros de los talentosos músicos se evidenciaba que estaban disfrutando y se entregaban en cuerpo y alma interpretando piezas de su repertorio como “Barco de carga”.
Llega el momento acústico de la noche, la banda se sienta en taburetes altos, invitan a Carlota para que los acompañe en violonchelo en una versión lacrimógena de “Nunca nadie” y hacen que la emoción en las almas de los presentes sea palpable. Bajan los decibelios, pero no la intensidad, para interpretar versiones magistrales de “Europa” y “Mírame”.
El directo de Ultraligera es una descarga de rock que se mete por el esqueleto y se apodera por completo del respetable. Por algo el combo va colgando el cartel de no hay billetes por todo el territorio nacional, demostrando que la cultura estaba sedienta de una propuesta virtuosa, cruda y honesta como la suya. No descarto que en breves salten el charco y puedan disfrutar en otros países de su potentísimo show.
La noche servía para interpretar canciones que ya son himnos de su repertorio y algunas de las nuevas composiciones que integran el disco Pelo de foca, del cual pudimos hablar con Gisme en la entrevista que nos concedió tiempo atrás y que pueden revivir aquí.
Bufandas agitaban los fans y acompañaban con sus voces a la banda en una noche que era puro fuego.
“Tu no lo ves”, fue la canción que transformó la velada de mágica a legendaria. Pero esto no paraba ni un instante y las sorpresas continuaban. Banderas con el logo de la banda ondeaban en la sala, presagiando que algo grande llegaba y así era. Una apoteósica versión de “Pelo de foca” durante la cual se hicieron duelos de guitarras y el frontman colgado al primer anfiteatro de la sala, demostraba todo el poderío de su gola, y salía de escena trepándose por el balcón y apareciendo nuevamente sobre las míticas tablas de “la Joy” para presentar a sus talentosos compañeros que “prendían fuego” cada uno sus correspondientes instrumentos.
La banda comentó que era una de las mejores noches de su vida, pero de la historia del rock de esta ciudad, también. Eso no les quepa duda. El grupo demostraba que ya juega en primera división.
Madrid quería más, y la banda se entregaba por completo con incendiarias ejecuciones de “Matanza en el hotel” que generaba una atmósfera única y su himno “Mierda de fiesta”, durante el cual cientos de globos sobrevolaban la sala para darle rienda suelta a un karaoke al unísono brutal. Pero lamentablemente la velada histórica debía concluir. Las últimas balas elegidas por Ultraligera para marcar a fuego las sienes de sus fans eran “La basura” y “Recuerdos del baile”. Al concluir recibían una atronadora ovación de los fans.
Ultraligera ejecuta poemas transformados en canciones, que son caricias de rock para los corazones.
Reseña por Muro Nicolás Gamboa.