De niña mi primer concierto fue uno de Drake Bell en el Auditorio Nacional, tenía quizá 10 años. Me emocioné mucho y me sentía muy feliz. Yo creo que si mi mamá supiera lo que pasaría después de ese concierto jamás me hubiera dejado ir.
Luego crecí y mi “primer” concierto fue el de Escape The Fate en el Plaza Condesa (si tienen menos de 18 años entiendo que ni los conozcan) y juro que aún puedo sentir la emoción que tuve mientras cantaba “Ashley baby, you make me feel so alive” junto con personas que no conocía y (en el momento) mi banda favorita. Creo que en ese momento me di cuenta de que quería ir a todos los conciertos que podía, porque nada me había dado estos sentimientos que sigo sin poder explicar. De ahí no tuve límite, mis lugares favoritos fueron el ya mencionado Plaza Condesa y el ahora extinto José Cuervo Salón.
A los 16 fui a mi primer Vive Latino y ahí me enamoré de los festivales de música, ese mismo año fui al Corona Capital sola y tuve que poner a prueba todos mis conocimientos financieros de conciertos.
Se me hizo tradición ir a todos estos festivales y conciertos, jamás me era suficiente, hice muchísimas amistades gracias a estos, algunas de ellas las veía solo en estos eventos porque vivíamos muy lejos y era el único momento en el que podríamos vernos. Me ayudaba a desconectarme por unos días o por un día de cualquier cosa que estuviera pasando, contaba los días, contaba el dinero para que me alcanzara, hacia mis horarios, el outfit… todo un ritual pre concierto.
El SneakerTopia fue mi último festival, lo disfruté muchísimo (chequen las fotos que se tomaron ese día), jamás pensé que sería el último, no imaginaba mi vida sin esa emoción de ver a mis artistas favoritos.
Estaba próximo el Vaivén e iría con una de mis mejores amigas. Pues una semana antes del festival todo cerró por el COVID-19, al principio estaba optimista, quizá iría al Corona Capital, el FlowFest sería el fin de mi cumpleaños, todo pasaría, todo estaría bien y podría festejar el mes de mi cumpleaños como se debía. Ya casi se hace un año de ese último festival y no sé cuando volveré a vivir algo así.
Sí, están los conciertos online pero hay que admitirlo, nadie los disfruta como se deberían disfrutar, no es lo mismo, extraño la interacción humana, el hacer amigos de la nada, correr de escenario a escenario. Quizá nunca vuelvan, quizá vuelvan en un año o dos… lo único que espero es poder volver a cantar junto a millones de extraños las canciones de The 1975, The Killers, etc.
Ojalá algún día pueda volver a hacerme amiga de aquella chica que conocí en la fila, espero volver a conocer a alguien especial en el concierto de mi banda favorita, reírme con miles de extraños en lo que esperamos comience el concierto… Ojalá todos lo podamos vivir de nuevo, en lo que eso pasa, les dejo una de las mejores canciones que he escuchado en vivo.